El trasegar del héroe popular, Kalimán, el hombre increíble: de la radio al cómic, de México a Latinoamérica

“Caballero con los hombres, galante con las mujeres, tierno con los niños, implacable con los malvados, así es…Kalimán”

Introducción mexicana de la radionovela Kalimán .

Una voz gruesa, profunda, anuncia tenebrosamente: “Kalimán, el hombre increíble”, la frase es seguida por una fanfarria. Son las cinco y media de la tarde en la Colombia de 1965 y reunidos frente a una vieja radio chicos y chicas, jóvenes y adultos hacen parte de aquel ritual, ya obsoleto, de escuchar atentamente radionovelas. Sin embargo, no es aquí donde está el origen de nuestro héroe.

Portada del ejemplar N°1 de Kalimán, el hombre increíble (2011) Edición ecuatoriana.

El origen del fenómeno

La primera transmisión de “Kalimán, el hombre increíble” ocurrió el 16 de septiembre de 1963 en la cadena RCN (Radio cadena nacional) de México. Los creadores de la serie fueron Modesto Vásquez Gonzáles—un abogado cubano, locutor de la CMQ Radio y Televisión quién tras el triunfo de la Revolución se exilió en México donde fue contratado como gerente de RCN—y el mexicano Rafael Cutberto Navarro. El encargado de los guiones fue Víctor Fox, seudónimo de Héctor Gonzáles Dueñas junto con Clemente Uribe. Fue tal el éxito del programa radial que dos años después el equipo se dispone a adaptar las aventuras de Kalimán al formato de las historietas. Es así como en 1965 aparece su primer cómic y, gracias a su éxito, su tiraje se prolongaría a largo de 26 años ininterrumpidos, llegándose a publicar alrededor de 1.308 episodios originales[1]. La distribución del cómic estaba a cargo del sello Promotora K. La historieta gozó de gran popularidad y, dependiendo de la aventura, el número de ventas podía oscilar entre un millón y medio y tres millones de ejemplares (Hinds: 1977 p.31). El rumor del éxito de esta serie no pasaría desapercibido y, como veremos, la serie sería adaptada, vendida o distribuida en otros países latinoamericanos, especialmente de Centroamérica y sus alrededores. 

Las aventuras del héroe

Hemos visto como las peripecias narradas en la serie radiofónica son adaptadas poco tiempo después al formato de las historietas. Como tal nos encontramos frente a un ejemplo de adaptación transmedial, procedimiento que se ampara en diferentes medios de significación—para la radio el medio privilegiado es el sonido mientras que el formato cómic recurre a un complejo diálogo intrínseco entre imagen y texto—movilizando así diferentes recursos narrativos.

Ahora bien, independientemente del medio utilizado, la historia es la misma. Las aventuras de “Kalimán, el hombre increíble”giran en torno a su epónimo, un héroe sin un lugar claro de origen, aparece en la serie como un huérfano que es adoptado por el príncipe Abdul Pasha, regente de uno de los reinos del país de Kalimantan. También nos enteramos de que él es el séptimo descendiente de la diosa hindú Kali, a quien nuestro héroe le ha jurado dedicarse a la lucha por la justicia. El nombre se compone de Kali, el cual proviene de la diosa mencionada, y del sufijo “-man”, gracias a la popularidad de Superman (Íbid.34). En sus aventuras, Kalimán es acompañado por Solín, un niño egipcio descendiente de faraones cuyas imprudencias los ponen frecuentemente en peligro. Él es de hecho su punto débil. Inicialmente, la idea de los creadores era tener a Solín por protagonista de la historia, quien tendría como tutor y protector a Kalimán. La idea, sin embargo, se modificó a lo largo de la serie[1]. Contrario a su colega norteamericano, Kalimán no posee superpoderes; su mayor atributo es haber logrado desarrollar sus habilidades físicas y mentales al máximo. Experto en diferentes sistemas de artes marciales, conoce y domina todos los idiomas, posee un vasto conocimiento enciclopédico, así como una profunda sabiduría metafísica: Kalimán es recordado por su fanaticada, sin duda, gracias a frases a como “serenidad y paciencia, mucha paciencia”. Su mayor atractivo es su poder mental: gracias a su entrenamiento con monjes tibetanos, es capaz de levitar, usar telepatía para comunicarse con Solín, hipnotizar y dominar sus procesos vitales hasta tal punto de aparentar su muerte por pocos minutos. Las aventuras de Kalimán lo llevarán por distintos lugares exóticos y ciudades del mundo, en los que se enfrentará con piratas, bandas criminales de oriente, vampiros, científicos, etc.

Portada del ejemplar N°3 de Kalimán, el hombre increíble (2011) Edición ecuatoriana.

La representación del otro: la problemática de los estereotipos en una modalidad antigua de narrar

La literatura secundaria que se ocupa de este héroe ahonda insistentemente en el problema del racismo y de la representación. Indudablemente, uno de las problemáticas es que, a pesar de su origen tan marcadamente “oriental”, Kalimán es mostrado como un hombre caucásico con tez blanca y ojos azules.

Una de las miradas más interesantes al respecto lo ofrece Fernandez L´Hoeste (2009) quien interpreta el cómic bajo el lente de Edward Said y su Orientalism. Para Said, oriente es un constructo inventado y construido desde Occidente bajo el cual se le otorgan ciertas características al otro—el oriental en su sentido más amplio geográficamente—y que, en oposición a las características usualmente negativas del otro, ayuda a reafirmar unos valores positivos, civilizatorios aparentemente propios de la identidad occidental.

With Kalimán, the Mexican comic book industry contributes to this process, in which the European/Caucasian is portrayed in a positive light and the foreigner is framed as barbarian. Nevertheless, it does so with a twist: advocating mestizaje—or at least mestizaje as interpreted by the white, ruling classes of Mexico and much of Latin America

Fernandez L´Hoeste (2009:63)

Imagen tomada de Doblaje Wiki, Kalimán

Así las cosas, para este autor la problemática consiste en otorgarle características “occidentales” a un personaje que se ha mostrado en su origen y en su vestimenta como oriental (viene de la India), así como la puesta en evidencia del sistema complejo de clases y razas en Latinoamérica en donde lo blanco goza de mayor superioridad[1]. Ahora bien, la crítica suele distanciarse de los gustos del gran público en sus formulaciones y este sería un elemento fundamental para entender las aventuras de Kalimán en el ámbito de la cultura y la literatura popular. Harold Hinds (1977 pp.32-33) da cuenta de una serie de entrevistas realizadas a lectores y vendedores de la historieta en México hacía 1975. Dentro de los resultados, un 71% de los entrevistados declaraba que su gusto por estas aventuras estaba relacionado con sus tramas entretenidas, las aventuras llenas de acción y las historias interesantes. En efecto, para las manifestaciones de las narrativas populares es crucial proponer aventuras de fácil acceso a sus lectores en donde las ambientaciones en lugares exóticos están en función de motivar esa intriga. Dicha dinámica moviliza con facilidad una serie de estereotipos.     

El problema de la representación del otro, en este caso la puesta en escena de personajes “orientales”, puede ser apreciado en la manera en que es representada la voz de los „orientales“ en la aventura titulada El tigre de Hong Kong[2] cuyos recursos están en función crear un español “extraño”, no nativo…en la versión mexicana de la radionovela la voz de Tagasi Chani cae en la clásica mirada estereotipada de los asiáticos: el fonema r es sustituido por l, diciendo así [miselicoldioso*] en lugar de misericordioso. La entonación usada es también particular y sin duda lo más perturbador es que se refiera a ella misma en tercera persona…

Fernández L´Hoeste (2009) recuerda que en la historieta: “non-European types are often portrayed in a negative light, as thugs, thieves, and tyrants, or simply as nobles savages” (p.63) las portadas de la historieta son muestra de ello:

Portada del ejemplar N° 263. Versión colombiana a cargo de Editora Cinco

La ciudad de Estambul es presentada como si, en plenos años sesenta, fuese el protectorado de alguna potencia colonial en la que no se vislumbra ningún atisbo de “modernidad”.

El trasegar del héroe: la recepción de Kalimán en Colombia

bién a tierras colombianas. A mediados de la década de los sesenta las cadenas radiales luchaban por llamar la atención de los radioyentes, lejos estaba aún el tiempo de la hegemonía de la televisión.
En 1965 Héctor González Dueñas ofreció personalmente los guiones a la emisora Todelar de Cali. La cadena radial compró los primeros capítulos correspondientes a las series Kalimán contra el doctor muerte y Sandra, la reina de los gorilas. El éxito y los problemas legales no se hicieron esperar: los derechos de publicación de la serie no eran propiedad de Víctor Fox, sino de la poderosa Editorial Novaro, quienes prohibieron a Todelar seguir utilizando los guiones de la serie. Es aquí, en medio de la prohibición, la expectación de los radioyentes y compromisos comerciales, cuando aparece una figura clave: Álvaro Ruiz Hernández, locutor y escritor barranquillero que escribió los guiones de otras series famosas en el país como “La ley contra el hampa” y “Código del terror”. La serie radial continúo transmitiéndose gracias a los guiones escritos por Ruiz Hernández y la radio siguió narrando las historias de Kalimán hasta 1995.

¿tienes curiosidad sobre cómo se hacían las radionovelas y su mística tras bambalinas? En este vídeo puedes ver la grabación en vivo de un capítulo de Kalimán.

¿Tienes curiosidad sobre cómo se hacían las radionovelas y su mística tras bambalinas? En este vídeo puedes ver la grabación en vivo de un capítulo de Kalimán.

Por su parte, los cómics también se comenzaron a vender en 1976 en territorio colombiano. Su distribución estuvo a cargo de Editora Cinco con sede en Bogotá. Los ejemplares se agotaban rápidamente, pero para fortuna de los fans las historietas podían alquilarse en quioscos, creándose así pequeños espacios de discusión. Los compradores de la historieta no debían limitarse a ver las historias de su héroe, la publicidad dentro de las cartillas incluía anuncios informativos sobre la hora y las frecuencias de radio de Todelar a nivel nacional en las que se transmitía la radionovela Kaliman.

Aunque el acervo del Ibero-Amerikanisches Institut no cuenta con la totalidad de la serie de historietas, existen varios ejemplares de distintas ediciones: una de ellas la ya mencionada Editora Cinco, publicada en Colombia, y algunos ejemplares reimpresos en Ecuador en el 2011 que circulaba semanalmente con el diario Últimas noticias. La ventaja de esta situación es que los lectores pueden degustar diferentes aventuras. Debido a la calidad del material y el deterioro, los ejemplares pueden ser consultados solamente en la sala de lectura.

Referencias

Fernández L’Hoeste, Héctor (2009): “Race and Gender in The Adventures of Kalimán, El Hombre Increíble”. En: Fernández L’Hoeste, Héctor/Poblete, Juan (eds.): Redrawing the Nation: National Identity in Latin/o American Comics. Basingstoke: Palgrave Macmillan, pp. 55-80

Hinds, Harold E. Jr. (1977): “‘No hay fuerza más poderosa que la mente humana’: Kalimán”. En: Hispamérica 18, pp. 31-46.

Lecturas recomendadas

Esta literatura secundaria se encuentra disponibe en el Instituo Ibero-Americano. Al dar click en los siguientes hipervinculos tendrás más información sobre las obras.

Historias e historietas : representaciones de la historia en el cómic latinoamericano actual (2018)

Comics & memory in Latin America (2017)

Redrawing the nation : national identity in Latin/O American comics (2009)

[1] Otras representaciones problemáticas como el machismo, el rol de la mujer, el rasgo paternalista de Kalimán frente a Solín como metáfora de la sociedad mexicana son analizados en los ya mencionados Fernandez L´Hoeste (2009), Hinds (1997) así como Wohlers (2018).

[2] Nos referimos al capítulo 2 de la aventura, que puede consultarse aquí. El pasaje en cuestión comienza en el minuto 23:00.


[1] https://www.radionacional.co/cultura/kaliman-el-hombre-increible


[1] https://www.tebeosfera.com/colecciones/kaliman_el_hombre_increible_1965_k.html


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