Con la donación del archivo personal del profesor Ulrich Köhler (1937-2016), catedrático de Etnología del la universidad de Friburgo, llegó al Instituto Ibero-Americano una libreta con 120 páginas de papel amarillento, el contenido escrito a mano en antigua letra gótica y latina. Después de descifrar las notas de la primera página, fue posible identificar el contenido: es la transcripción de un diccionario en una lengua indígena mexicana de la época colonial.
De 1519 a 1521, las tropas españolas lideradas por Hernán Cortés conquistaron el territorio del actual México y derribaron el imperio azteca. Para legitimar la conquista española de América, era sumamente importante la misión cristiana, por lo que a partir de 1524 los agustinos, franciscanos y otras órdenes religiosas enviaron sus misioneros a México. Para su labor tenían que aprender las lenguas de los pueblos indígenas y se produjeron numerosos diccionarios, gramáticas y libros de texto, así como catecismos y confesionarios en las lenguas indígenas. Hoy en día, estos textos se resumen bajo el término lingüística misionera y representan fuentes importantes para la investigación de las lenguas indígenas, pero también para la investigación de los contactos culturales, la traducción de conceptos culturales y los saberes de los pueblos indígenas.
Las obras lingüísticas misioneras figuran entre los primeros libros impresos en América Latina: A partir de 1539 empezaron a funcionar las primeras imprentas en México y en 1555 se imprimió el Vocabulario en la lengua castellana y mexicana del franciscano Padre Alonso de Molina. El náhuatl se había difundido ampliamente como lingua franca y los españoles lo eligieron como una especie de lengua oficial, llamada lengua general o simplemente lengua mexicana.
El diccionario de Alonso de Molina tuvo mucho éxito y en 1571 se publicó una segunda edición ampliada. En las décadas siguientes, el texto sirvió de modelo y fuente para otros diccionarios lingüísticos misioneros. Al menos dos ejemplares del libro fueron complementados con notas manuscritas al margen (llamadas glosas) de otra lengua indígena del centro de México: el otomí. Los autores desconocidos produjeron así un diccionario trilingüe español – náhuatl – otomí. Hasta ahora se conocen dos copias de estas adaptaciones individuales: una de la primera edición de 1555, conservada en la biblioteca del Museo Nacional de Antropología de México, y una de la segunda edición de 1571, considerada perdida. El manuscrito ahora disponible es una copia de las partes en español y otomí del diccionario de 1571. La existencia de esta copia se conocía a partir de artículos científicos, pero se consideraba perdida en la Segunda Guerra Mundial.
El Instituto Ibero-Americano digitalizó la copia manuscrita titulada Vocabulario otomí y la pone a disposición en sus Colecciones Digitales. Es una muestra importante del otomí del siglo XVI y posibilita tanto las investigaciones de lexicografía como de historia lingüística del otomí.
Lea más sobre la historia de este ejemplar del Vocabulario en la lengua castellana y mexicana, sus propietarios y la copia manuscrita:
Ulrike Mühlschlegel: Die abenteuerliche Reise eines mexikanischen Wörterbuchs nach Berlin, en: Bibliotheksmagazin 2/2019, p. 23-28.