Delimitación del objeto de estudio
“Una revista sería un catálogo de curiosidades y a veces son el motor de la cultura y de sus procesos políticos y sociales” (Elizalde, 2007 :9).
“Desde entonces, hasta la aparición del correo electrónico e Internet —esa cosa tan revolucionaria e inquietante como lo fue la aparición del libro en el siglo XII—, no ha habido movimiento social, político, filosófico, científico o artístico que no haya encontrado en las revistas su canal de propaganda y su trinchera de discusión” (10).
¿Qué son las revistas culturales?
Probablemente todos tenemos una idea del significado, ¿pero cuál es la definición de revista cultural? El propio término define de forma un tanto vaga que se trata de revistas que tienen como tema la «cultura», con una enorme diversidad de materiales.
Desarrollar una tipología de revistas culturales es algo complejo, pero el rasgo distintivo más importante de estos impresos es su diversidad en cuanto a formato, periodicidad, objetivos, contenidos, recursos de diseño y público objetivo (de Luca, 2019: 12). Dependiendo de los criterios que se elijan, se pueden clasificar las publicaciones con términos como revistas literarias, teatrales, o de arte, por un lado, o revista semanal o mensual por el otro. Fakin (2019) distingue entre entre revistas culturales o literarias que se dirigían a grupos específicos (por ejemplo, «intelectuales»), y aquellas que se producían para el gran público, para las cuales, por ejemplo, las ilustraciones eran de especial importancia. La frecuencia de publicación, por su parte, variaba entre semanal, mensual o quincenal (1).
En su intento de clasificar las publicaciones culturales periódicas, Jean-Pierre Bacot (2005)[1] distingue entre cuatro generaciones de publicaciones ilustradas, aunque esta clasificación se centra en las revistas europeas. Sin embargo, gracias a la consolidada relación con la prensa portuguesa y francesa y con las revistas europeas, a las que también se podía acceder en América Latina, está clasificación nos resulta también útil. (De Luca, 2018: 17ss.).
La primera generación incluyó publicaciones periódicas como Penny Magazine (1832 Londres), que fueron diseñadas para educar e informar a la población. En la segunda generación, la atención se centró más en las ilustraciones. Los avances técnicos permitieron obtener productos impresos de mayor calidad por los que un público selecto estaba dispuesto a pagar un precio más elevado, por ejemplo The Illustrated London News (Londres 1842). Por el contrario, en la tercera generación las revistas volvieron a ser más baratas. Además, surgieron los suplementos semanales ilustrados de diarios populares, por ejemplo, Penny Illustrated Paper (Londres 1836) allanando el camino a la cuarta generación, que también se caracterizó por sus precios baratos, utilizó fotos como ilustraciones y empleó un lenguaje más sencillo y accesible. Esta clasificación pretende ayudar a organizar las revistas en función de acontecimientos y períodos temporales para comprenderlas mejor. No obstante, algunos detalles pueden perderse al plantear una descripción general. La aparición de una nueva generación no supone la completa desaparición de la generación anterior; se trata de una evolución fluída. Sin embargo, las clasificaciones aproximadas nos ayudan a identificar excepciones y patrones que siguen una regla (De Luca, 2019: 14).
En la búsqueda de tipologías y clasificaciones, se han detectado las siguientes características de las revistas, que también experimentaron su evolución correspondiente. La variedad temática era una característica hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Otra característica era la gran diversidad de públicos destinatarios, reconocible por la elevada proporción de elementos gráficos y el lenguaje accesible de los textos. Dado que permiten comprender a qué temas se les otorgó relevancia social en su momento, las revistas pueden considerarse archivos históricos. El número de estas publicaciones varía mucho de un país a otro, al igual que el número de lectores y las condiciones específicas de cada mercado. No obstante, tienen en común características conceptuales fundamentales y procesos técnicos y de diseño. La presencia simultánea de temas e información orientados a las humanidades, la cultura y la ciencia en una misma publicación también contribuyó a establecer un concepto muy amplio de cultura. En otras palabras, el término «cultura» en este contexto no se limitaba al arte, la literatura o la filosofía, sino que también incluía la ciencia y la tecnología. Estas revistas sirvieron de plataforma para cubrir un amplio espectro de conocimientos e intereses, reflejo de la diversidad de corrientes culturales e intelectuales de la época.
Gracias a los avances tecnológicos, las imprentas tenían muchas más posibilidades en el siglo XX que en el siglo anterior. La reproducción de contenidos visuales se vio facilitada y ampliada por el nuevo medio de la fotografía, ya que las instantáneas de la vida pública, las manifestaciones culturales, los acontecimientos sociales o la moda podían ahora fotografiarse y reproducirse a bajo coste. Los precios de las revistas también bajaron considerablemente. Las publicaciones en las que las fotografías tenían especial importancia, es decir, en las que la mayor parte del contenido consistía en ilustraciones y fotografías que incluso ocupaban páginas enteras, se denominaban revistas ilustradas. Sin embargo, debido a su diversidad temática, también se denominan de variedades. (De Luca, 2019: 16s).
El término variedades se utiliza en distintos contextos y no se eligió por casualidad, más bien es el resultado de una sofisticada segmentación del mercado. Aunque la mayoría de grupos se definirían a si mismos como tales, esto no impide detectar diferencias y matices que permiten la diferenciación revistas agrícolas, pedagógicas, educativas, institucionales, científicas, étnicas, religiosas, femeninas, masculinas, infantiles, teatrales y cinematográficas. En el ámbito de las revistas culturales y literarias se puede observar que algunas se dedicaban a la difusión de obras poéticas o narrativas. Otras, que también contenían elementos literarios, ofrecían un enfoque más amplio, albergando ensayos nacionales y propuestas para resolver problemas sociales. Desde este punto de vista, la línea divisoria es aún menos evidente, ya que las propuestas estéticas, lejos de encerrarse en si mismas, ofrecen estrategias de intervención del espacio público. (de Luca, 2011: 4). Por lo tanto, no se deberían establecer límites demasiado estrechos para clasificar las revistas, ya que siempre existen excepciones en cada categoría. Por lo general, las revistas literarias y culturales se caracterizan por su intertextualidad, por la presencia de un discurso anlítico y crítico, y por su escasez de imágenes. (de Luca, 2019: 15ss.).
Las revistas culturales no se limitan a temas regionales o nacionales, si no que tratan cuestiones transnacionales o temáticas de otros países. Las relaciones internacionales entre países vecinos y los vínculos culturales e intelectuales entre países latinoamericanos también pueden observarse en los distintos artículos de las revistas culturales. Las relaciones culturales, más allá de las fronteras lingüísticas, se pueden observar en los artículos sobre Hispanoamérica en revistas culturales brasileñas y sobre temas brasileños en revistas culturales de países de habla hispana. De Luca también encuentra en su investigación un fuerte intercambio cultural trasanlántico. Por ejemplo, la revista A Ilustração impresa en París y publicada tanto en Brasil como en Protugal (de Luca, 2018: 18). En este contexto también destacan las traducciones de textos en lenguas extranjeras al español y al portugués, así como las publicaciones de asociaciones culturales europeas y norteamericanas, por ejemplo revistas franco-argentinas, que reflejan estas conexiones transcontinentales y transatlánticas (Tarcus, 2020: 15).
Cada revista contiene cierto tipo de escritos (declaraciones, manifiestos, etc.) en torno a cuyas ideas busca crear conexiones estables y solidaridades. (Alvarado, 2015: 5). Algunos investigadores ven en las publicaciones del siglo XIX un formato de difusión cultural, que deberían servir como medio para transmitir educación e información. En algunas publicaciones ya se reconocen atributos que corresponden a la actual de finición de revistas culturales: como periodicidad, o la agrupación de formas, temas, géneros y autores. (Tarcus, 2020: 15).
Según Tarcus (2020), una revista no debería verse en su singularidad, sino que siempre debe considerarse en un contexto con influencias diversas. Las revistas culturales son programáticas, intervienen en los debates de su tiempo y tratan tanto temas actuales, como sus agendas culturales propias. Las revistas emergentes descalifican a las viejas escuelas literarias y actuan como voceros de las últimas vanguardias, es decir, se rechazan los «viejos temas». Tampoco son un espacio neutro las relaciones individuales entre revistas. Se trata más bien de un sistema de relaciones competitivas y conflictivas entre grupos y revistas que adoptan posturas intelectuales diferentes. Es un ámbito con su propio modo de funcionamiento, economía, jerarquías, su propia historia y tradiciones. (Tarcus, 2020: 24). Cada revista cuestiona también la publicación de autores tradicionalmente consagrados y presenta sus propios autores clave, como en Argentina El Mercurio de América con Ruben Darío, La Vida Literaria con Waldo Frank y Mariátegui, Martín Fierro con Gómez de la Serna y muchos otros (Tarcus, 2020: 25). Esto significa que las revistas quieren crear su propia identidad y no aferrarse a las ideas y los ideales ya consolidados. Tania de Luca señala, por ejemplo, que la Revista do Brasil se fundó inicialmente para que las élites de São Paulo pudieran influir en la esfera pública, pero acabó incorporándose a las publicaciones modernistas como proyecto editorial de Monteiro Lobato (de Luca, 2011).
La principal característica de estos nuevos actores de la escritura es el hecho de que establecieron nuevas reglas. Los autores disfrutaban del espacio que se les concedía para tratar la contingencia que aparecía en los periódicos una y otra vez. Es decir, a diferencia de los periódicos, cuyo objetivo era político y polémico, la revista se destacaba como otra opción para polemizar. Sin embargo, fueron los detalles y el contexto temático los que permitieron distinguir la especialización temática de las revistas en estas nuevas propuestas discursivas -literatura, ciencia, humor, teatro, etc.-. En este sentido, podemos notar que las revistas culturales se convirtieron en una posibilidad, de diversificar los temas y el público lector, ya que pudieron ofrecer una gran variedad de temas y atraer a una amplia gama de lectores (Alvarado, 2015: 6).
Según Tarcus (2020), la revista es una obra colectiva y, por definición, dialógica. El libro requiere una lectura precisa, lineal e intensa, mientras que la revista permite una lectura fragmentada, extensa y discontinua. Tienen una mayor circulación que los libros y anticipan los textos que los libros publicarán más adelante. La revista se queda obsoleta rápidamente, mientras que el libro sobrevive. Etimológicamente, en muchos idiomas occidentales, la revista se deriva de la acción militar “revistar”, es decir, de verificar una fuerza. (Tarcus, 2020: 25 s.).
Algunas revistas se editaron durante largos períodos de tiempo (Mundo argentino (1911-1934); Sur (1931-1989)), abarcando ciclos culturales completos, y otras que se componen de una sola edición (Válvula, 1928; El uso de la palabra, 1939), que sin embargo dejaron una huella cultural significativa. (Tarcus, 2020: 26 ss.).
Las definiciones de «revistas literarias» omiten a menudo su dimensión política o simplemente la mencionan de pasada. Por el contrario, las «revistas políticas» podrían identificarse como aquellas asociadas a grupos o formaciones políticas, o como «revistas político-periodísticas» que tienen un importante componente cultural. Una forma de incluirlos en el tema sería hablar de «revista político-cultural». Sin embargo, esta doble denominación, que parece referirse a dos universos diferentes, es tan amplia que en última instancia se vuelve inespecífica (Tarcus, 2020: 28s).
En la investigación de la historia literaria, cultural y social, el término «revistas literarias» se ha ido sustituyendo progresivamente en los últimos veinte años por el término «revistas culturales». La primera mención del término se encuentra en el número especial de 2004 de la revista «Iberoamericana» titulado “Revistas literarias y culturales latinoamericanas del siglo XX”. Incluso si se acepta como válida la definición ofrecida por Lafleur, Alonso y Provenzano (la manifestación de un grupo, o de un círculo de intelectuales), se observa una ampliación del tema al considerar no sólo las revistas literarias en sentido estricto (revista de poesía, narración, crítica o ensayos literarios), sino también las dedicadas a otros géneros artísticos (como las revistas de artes visuales o audiovisuales, teatro o cine). Este término también incluye publicaciones de otros campos como la antropología, la filosofía, o la historia de la educación y las ciencias sociales en general. Pero, ¿cómo distinguir las revistas culturales de otros géneros? Desde un punto de vista antropológico, todas las revistas son, por definición, culturales. Sin embargo, cuando hablamos de revistas culturales, presuponemos un universo más o menos concreto que se distingue de otros universos culturales, como los de las revistas científicas y técnicas o los ilustrados populares. Por otra parte, aunque la línea divisoria no siempre está clara, hay que distinguir entre las revistas y la prensa informativa diaria, así como entre las revistas culturales y la prensa política. (Tarcus, 2020: 31 s.).
Si las revistas se situan a medio camino entre la cultura escrita y la cultura visual, entre representaciones y prácticas culturales, se puede apreciar su complejidad como objetos y medios y situarlas en un proceso de modernización más amplio que abarca y va más allá del mundo cultural. Al ser difusoras y a la vez productos del proceso de modernización, las revistas culturales forman parte de las representaciones, prácticas y mecanismos de circulación, así como de la producción simbólica. El análisis de las revistas culturales como vehículo y producto del proceso de modernización forma parte del ámbito de la historia cultural. Esta se ocupa principalmente de las representaciones, prácticas y mecanismos de circulación y producción simbólica a través de los cuales los sujetos perciben y construyen su realidad social. El alcance y las competencias de esta disciplina histórica han sido objeto de mucho debate, ya que la apropiación del concepto antropológico de cultura parece ampliar excesivamente sus límites. El estudio de la historia cultural «incluye la integración de diversos fenómenos, como las artes, los valores, el ocio, los puestos de trabajo y las relaciones laborales, las grandes construcciones intelectuales, la ciencia, las técnicas, los sistemas de creencias, la educación, las formas de consumo, por nombrar solo algunos». (Agesta 2011: 48)
Si bien el vínculo con la historia cultural implica una revisión crítica de los conceptos antropológicos, sociológicos y filosóficos a la luz de las particularidades espacio-temporales de los objetos, no es menos cierto que estos conceptos confieren un significado original a la investigación histórica. Este se basa en la aparición de nuevas cuestiones. En este contexto, las revistas actúan como artefactos complejos que no solo pueden considerarse como objetos independientes, sino que también ofrecen una perspectiva única del mundo cultural de su época. La combinación de elementos discursivos y visuales que caracteriza a estas publicaciones requiere el apoyo de los estudios visuales, la historia social del arte y las aportaciones de la historia de la lectura y de los medios escritos. Debido a su irreductibilidad y a la íntima conexión entre las dos formas de representación -texto e imagen-, que se complementan constantemente, se hace patente la indispensable necesidad de contar con herramientas de investigación especializadas. Estas herramientas deben servir para reconocer adecuadamente cada una de estas formas en sus características únicas (Agesta 2011: 51).
Esta diversidad temática es quizá la característica más importante de las revistas culturales entre 1860 y 1930. Su alta relevancia social y cultural, así como su potencial para la investigación transdisciplinar, son hoy indiscutibles (Fakin; Musser; Steinke, 2019: 1). Si desea leer más sobre los distintos temas relativos a las revistas culturales, puede continuar leyendo aquí.
Literatura básica e introductoria sobre las revistas culturales latinoamericanas
La obra de Boyd G. Carter: Las revistas literarias de Hispanoamérica. Breve historia y contenido, de 1959, ofrece una visión general de las revistas literarias en Hispanoamérica y su papel en la promoción de la literatura y el intercambio cultural en la región.
Otro trabajo pionero fue el de Lafleur, Provenzano y Alonso, Las revistas literarias argentinas, 1893-1967, de 1962, que ofrece un panorama completo de las revistas literarias. Recopilan un catálogo periódico en el que se catalogaron las publicaciones argentinas de revistas literarias. Se analiza con más detalle, por ejemplo, la relación entre experiencias periodísticas y editoriales; las revistas pueden haber surgido de las editoriales, y las editoriales de las revistas.
Modernidad y vanguardia: Rupturas y continuidades en la literatura latinoamericana (1890-1930), de Julio Ramos, de 1989, examina el desarrollo de la literatura y la cultura latinoamericanas en el periodo de 1890 a 1930 y el papel de las revistas culturales en el establecimiento de tendencias literarias modernas como el modernismo y la vanguardia.
El libro Revistas y caretas: Caras y caretas as a Reflection of Buenos Aires, 1898-1908 de Howard M. Fraser de 1997 ofrece una visión de la historia cultural y social de Buenos Aires a finales del siglo XIX y principios del XX. Ilustra la importancia de las revistas como reflejo de la sociedad y será de interés para los lectores interesados en la historia de Buenos Aires y el desarrollo de los medios de comunicación y la opinión pública durante este período.
En la antología de Regina Crespo de 2010, Revistas en América Latina: proyectos literarios, políticos y culturales, varios estudiosos se dedican a analizar en detalle algunas publicaciones periódicas de esta época. Entre las revistas analizadas se encuentran El Nuevo Mercurio, Repertorio Americano, Boletín Titikaka, Amauta, Sur, Revista de Cultura Vozes y Vuelta. Estos estudios cubren un amplio espectro y exploran diferentes perspectivas, ya sea en un contexto político-sociológico, histórico o cultural. La diversidad de enfoques confiere a la antología una visión polifacética y holística del panorama de las revistas latinoamericanas y de su papel como vehículo de proyectos literarios, políticos y culturales.
Un trabajo de investigación importante para el mundo de las publicaciones periódicas lusófonas es el libro de 2011 Leituras, Projetos e (Re)vista(s) do Brasil (1916-1944), de Tânia Regina de Luca, que ilustra cómo estas publicaciones periódicas desempeñaron un papel importante en la conformación de la cultura y la identidad brasileñas al proporcionar espacios para el debate intelectual, la innovación cultural y la reflexión nacional.
En su antología de 2014: Almacenes de un tiempo en fuga: revistas culturales en la modernidad hispánica, Hanno Ehrlicher y Nanette Rißler-Pipka examinan la importancia de las publicaciones periódicas como importantes plataformas para la producción cultural y el intercambio intelectual en el mundo hispánico durante la era moderna. Las contribuciones del libro abordan diversos aspectos de estas publicaciones periódicas, incluido su papel en la difusión de ideas, movimientos literarios, desarrollos artísticos y discursos políticos. Los autores exploran la relación entre las publicaciones periódicas y las dinámicas sociales y culturales de la época, así como su influencia en las culturas hispánicas modernas. El enfoque en diferentes países y regiones del mundo hispánico ofrece una perspectiva global del tema.
A Ilustração (1884-1892): Circulação de textos e imagens entre Paris, Lisboa e Rio de Janeiro, de Tânia Regina de Luca, de 2018, examina la revista A Ilustração, que circuló simultáneamente en París, Lisboa y Río de Janeiro. El objetivo del libro es analizar sistemáticamente la revista y mostrar la lógica de su distribución a través del Atlántico, así como los proyectos culturales y políticos en los que participaron la revista y su principal editor, Mariano Pina (1860-1899).
Otra antología: Laboratorio de lo nuevo, Revistas Literarias y culturales de México, España y el Río de la Plata en la década de 1920, de 2018, de Corral, Stanton, Valender examina los movimientos culturales, intelectuales y artísticos que se formaron en México, España y el Río de la Plata durante este periodo a través de las revistas culturales. El libro examina las diferentes corrientes, temas y artistas que estuvieron presentes en estas revistas y muestra las conexiones y el intercambio creativo entre los países.
Revistas, archivo y exposición: Publicaciones periódicas argentinas del siglo XX de 2019 es un libro de Geraldine Rogers que aborda las publicaciones periódicas del siglo XX en Argentina. La autora explora el potencial archivístico de las publicaciones periódicas y cómo ofrecen una visión de la historia cultural, social y política de Argentina. Rogers considera las publicaciones periódicas no solo como fuentes de información, sino también como formas de expresión artística y estética que documentan importantes movimientos culturales y literarios. También examina cómo el archivo y la exposición de publicaciones periódicas pueden contribuir a la preservación de la memoria cultural y proporcionar al público acceso a información histórica y cultural importante.
En 2019, Christoph Müller y Ricarda Musser publicaron la antología Revistas Culturais no mundo lusófono durante o longo século XX – Conectividade, Transferência e Informação. Ofrece una visión del mundo de las revistas lusófonas. Se centra en el papel de la difusión de ideas, información y tendencias culturales, así como en los retos y oportunidades del intercambio de información. Las revistas culturales contribuyeron a crear conexiones, intercambiar conocimientos e influir en el desarrollo cultural de la región lusófona durante el siglo XX.
Uno de los trabajos académicos más recientes sobre el tema es el de Horacio Tarcus, de 2020: Las revistas culturales latinoamericanas – giro material, tramas intelectuales y redes revisteriles. Es uno de los mayores expertos en el campo de las revistas culturales en América Latina. Sus enfoques de investigación han contribuido a una comprensión más profunda de la importancia de estas revistas para el desarrollo cultural de la región. En esta obra se centra en el aspecto material de estas revistas, sus desarrollos intelectuales y las redes en las que operaron.
Otra antología de Hanno Ehrlicher y Romero López de 2021, Mujer y prensa en la modernidad: dinámicas de género e identidades públicas en revistas culturales de España e Hispanoamérica explora principalmente temas sociales, como el papel de la mujer, por ejemplo la representación de las mujeres indígenas, la moda o sobre los deportes. Esta colección comprende diez contribuciones que examinan la compleja relación entre las mujeres y la prensa de ambos lados del Atlántico. La atención se centra en las tensiones que surgieron en muchos contextos entre los roles tradicionales de género y los cambios provocados por el progreso socioeconómico.
Referencias bibliográficas
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Elizalde, Lydia, Hrsg. Revistas culturales latinoamericanas, 1960–2008. 1. ed. Cuernavaca, Morelos: Universidad Autónoma del Estado de Morelos : Juan Pablos Editor, 2010.
Fakin, Maruša, Ricarda Musser, Britta Steinke, und Ibero-Amerikanisches Institut, Hrsg. Interconexiones, transferencias e información: revistas culturales latinoamericanas. Primera edición. Berlin: Ibero-Amerikanisches Institut Preußischer Kulturbesitz, 2019.
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Müller, Christoph, und Ricarda Musser, Hrsg. Revistas culturais no mundo lusófono durante o longo século XIX: conectividade, transferência e informação. Lisboa: Edições Colibri, 2019.
Tarcus, Horacio. Las revistas culturales latinoamericanas: giro material, tramas intelectuales y redes revisteriles. Sentidos del libro. Serie América Latina en sus revistas 1. Temperley?, Argentina] : [Buenos Aires? Tren en Movimiento ; CeDInCI, Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas, 2020.
[1] Bacot, Jean-Pierre (2005): La presse illustreé au XIXe sièle. Une histroire oubliée. Limonge: Presse Universitaire de Limonge.